Descubre la vida y la pasión del surfista cántabro Dani García, desde sus inicios en Loredo hasta ser embajador en Spring Surfest Las Américas Surf Pro. Una reflexión sobre la evolución del surf, las emociones de competir junto a su hijo y la conexión especial con las olas. Dani comparte su perspectiva sobre el surf nacional y la rica historia de Cantabria en este deporte.
– ¿Recuerdas el momento específico en el que te enganchaste al surf? ¿Hubo alguna ola o experiencia que haya dejado una marca indeleble en tus inicios?
No fue un momento específico, fueron una serie de vivencias entre los 12 a 14 años de edad, cuando veraneaba en Loredo, al extremo este de la playa de Somo, frente a la Isla de Santa Marina.
Allí empecé a probar un bodyboard, luego un engendro de tabla de mi padre (que parecía un submarino) y al ver a algunos pioneros de Cantabria, tratamos de imitarles. Desde las primeras sensaciones de deslizarme por las olas, sabia que yo quería hacer eso, y veía mi meta en surfear las olas que a veces rompían en La Isla (Santa Marina); y por responder concretamente a la segunda cuestión, diría una ola que cogí en Mundaka en un épico campeonato en el año 89, a los 16 años. Nunca había cogido una tabla grande, ni ningún tubo relevante, entré con todos los pros antes de la manga y me cuadró un tubazo que ya me dejó marcado para siempre.
– En más de una ocasión, hiciste mención de la evolución del surf desde tus inicios. ¿Cómo has visto cambiar la cultura y la comunidad del surf a lo largo de tu carrera?
Pues ha cambiado mucho, lo mas relevante me parece el que antes éramos muy pocos, ver a alguien con una tabla era algo exótico y nos tomaban por vagos y porretas, ahora se nos considera auténticos atletas y cualquier padre hoy en día desea que su hijo haga surf y que esté enganchado a un deporte sano que te mantiene unido a la naturaleza.
– La imagen de competir con tu hijo seguro que serán momentos inolvidables. ¿Cuáles son los momentos más especiales que has compartido con él en el agua?
Ya nos ha cuadrado juntos unas cuantas, la verdad. He disfrutado mucho de todas y cada una de las mangas que me han tocado junto a Néstor, quizás una de las más especiales y complicadas, fue cuando en cuartos de final en Las Palmas, Néstor se jugaba el circuito nacional, esa manga la habíamos preparado juntos para trabajar en equipo, pero salió fatal, perdimos los dos, suerte que Néstor al final ganó el circuito. Hay que decir que las mangas que entramos juntos, en general no nos han salido bien, porque estamos pendientes el uno del otro y al final rompes con tu estrategia habitual.
Pero la manga que seguro más he disfrutado con mi hijo, no ha sido compitiendo contra él, sino junto a él, en un campeonato internacional de padres e hijos en República Dominicana, allí competíamos juntos y puntuaba la mejor ola de cada uno, ayudándonos en todo momento. Este campeonato lo ganamos hace 10 años y volvimos a repetir victoria el año pasado. El mejor recuerdo, fue cuando Néstor (tenía 10 años) y después de empujarle para que cogiera una, yo pillé otra atrás y acabé cerca de él y remontamos juntos al pico y me dice: “papá, mi ola ha sido muy buena, y la tuya también, creo que vamos ganando“, seguimos remontando hacia el pico y me dijo unos segundos mas tarde: “que chulada, gracias por todo esto“.
El año pasado también fue increíble, ya no era necesario empujar al niño para que cogiera una ola, nada más empezar la final, se coge la primera que viene y se marca 2 aéreos reverse.
– Masificación de los picos… es un problema que no tiene una solución fácil. ¿Cómo podemos preservar la esencia del surf mientras se adapta a la creciente popularidad?
Esto se tendrá que ir regulando de una manera natural, lo que hace falta es más cultura de surf, debemos ver lo que ocurre en sitios como Hawaii, California, Australia… hay picos llenos pero con orden y un localismo estructurado en el que todos cogen sus olas, no como aquí que en muchos sitios es un poco caos y puedes ver principiantes entrando en lugares no adecuados y reclamando su ola con el clásico “el mar es de todos“. En cualquier caso, hay aún montones de playas y picos sin gente, yo surfeo solo muchos días. Las olas artificiales también van a ayudar a desahogar la creciente demanda.
– Tienes una perspectiva interesante sobre el surf nacional. ¿Qué medidas crees que podrían tomarse para brindar un mejor apoyo a los jóvenes surfistas y elevar el nivel competitivo a nivel nacional?
Bueno, este es un tema muy complicado. Lo que habría que empezar es por tener más charlas y mesas redondas entre representantes de federaciones, técnicos, deportistas, jueces, sponsors, etc… y definir un plan, porque ahora mismo me da la sensación de que estamos dando palos de ciego. Yo tengo mis ideas para mejorar todo esto y seguro que hay otra gente que tiene muchas otras ideas. Se trata de juntarnos, debatirlo, ver cuáles son viables e ir a por ello. También deberíamos copiar modelos de éxito de países referentes uno de ellos podría ser Francia o Portugal, ya que son países vecinos y parece que algunas cosas las hacen bien.
– Como un surfista cántabro, eres parte de una rica historia. ¿Cómo describirías la relación de Cantabria con el surf y qué papel crees que juega en la identidad de la región?
Cantabria es una región pequeña, somos pocos habitantes, pero siempre hemos sido un referente en el Surf. Desde la primera ola con tabla que se cogió en España por Jesus Fiochi en el sardinero, hasta nuestros días, ha habido montones de surfistas y generaciones.
Hoy en día el surf no sólo es un deporte absolutamente conocido en la región, también es un atractivo turístico y generador de riqueza, los políticos ya nos empiezan a tomar en serio.
– Después de tantos años en el surf, ¿cómo encuentras el equilibrio entre la competición, la diversión y la conexión con la naturaleza en tu vida diaria?
Se puede decir que ha sido algo natural, el surf es un deporte un poco peculiar, lo típico que se ve en las películas de que un surfer no puede tener un trabajo de oficina de 8:00 a 16:00, es una realidad. Por tanto siempre he huido de esos trabajos de horario fijo y me he ido buscando la vida de manera en la que yo sea mi propio jefe, y todo lo que hago esta relacionado con el surf, escuela de surf, el surf camp, tienda de surf y con mi trabajo principal que son las representaciones de marcas. Todos ellos son trabajos que requieren mucho tiempo y dedicación (y más si los juntas todos, claro), pero por muy liado que estés, sabes que eres libre para no perder ese baño increíble o poder gestionar tu tiempo y sacar un baño. Aquí dicho parece fácil, pero obviamente tengo muchas dificultades diarias para compaginar la enorme carga de trabajo que tengo con darme todos los baños que me gustaría. También al estar mi hijo Néstor enganchadísimo al surf y compitiendo, hace que yo siga totalmente vinculado e incluso apuntándome a algunos campeonatos.
– Felicitaciones por ser elegido como embajador del Spring Surfest Las Américas Surf Pro en Tenerife. ¿Cómo te sientes al representar y apoyar un evento tan destacado y qué significa para ti ser parte de la promoción del surf en ese contexto?
Gracias. Estoy encantado con poder ayudar a la organización en la difusión de este evento. Es algo en lo que he creído siempre y quiero de corazón que vaya a más y se consolide como el centro de reunión de los Másters en Europa. Por eso he tratado de convencer y animar a todos aquellos antiguos competidores del EPSA para que acudan a este increíble evento, y parece que lo estamos consiguiendo. Lo único malo de esto es que con tanto nivel en el agua, se me pone más difícil el revalidar título ja ja.
– La ola donde se llevará a cabo el Spring Surfest Las Américas Surf Pro, conocida como la “Spanish Left”, tiene fama internacional. ¿Qué destacarías de esta ola en particular y cómo crees que su carácter único influye en la competición y en la experiencia de los surfistas?
La “Spanish left” es la ola soñada para una competición, tiene ese punto perfecto entre ola potente y rápida pero fácil y juguetona a la vez. Lo mismo te permite meterte un tubo que romper la ola a girazos. Es curioso, porque una de las mayores dificultades que compartimos muchos surfistas al competir en esta ola (sobre todo los goofies), es que a veces te haces un lio, porque al leer la sección por delante, lo mismo te permite hacer un tubo, que pasar de floater o meter un giro… la ola es tan buena que puedes hacer lo que quieras.